............... Víctor Bonventre

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Yoga, sendero hacia la unión de cuerpo,mente y Alma.

HORARIOS y ARANCELES ACTUALIZADOS.

YOGA DINÁMICO "ASHTANGA":

Lunes y Miercoles 16:45hs / Miercoles 19:30hs y Sabados 11am

YOGA INTEGRAL: Martes y Viernes 19hs.

ARANCELES 2017

clase prueba y eventual $ 150 (si empezas dentro del mes se descuenta del arancel mensual)

Independientemente de que tomes una o dos clases por semana el arancel mensual es de $ 500,-

Consultar por sesiones de masajes y reiki.

La Ilusión del Ser "Maya"

La palabra “yo” encierra a la vez el mayor error y la verdad más profunda, dependiendo de la forma como se utilice. En su uso convencional, no solamente es una de las palabras más utilizadas más frecuentemente en el lenguaje (junto con otras afines como: “mío” y “mi”), sino también una de las más engañosas. Según la utilizamos en la cotidianidad, la palabra “yo”, es una percepción equivocada de lo que somos, un falso sentido de identidad. Ese es el ego. Ese sentido ilusorio del ser es lo que Albert Einstein, con su percepción profunda no solamente de la realidad del espacio y el tiempo sino de la naturaleza humana, denominó “ilusión óptica de la conciencia”. Esa ilusión del ser se convierte entonces en la base de todas las demás interpretaciones o mejor, aún, nociones erradas de la realidad, de todos los procesos de pensamiento, las interacciones y las relaciones. La realidad se convierte en reflejo de la ilusión original. La buena noticia es que cuando logramos reconocer la ilusión por lo que es, ésta se desvanece. Cuando vemos lo que no somos, la realidad de lo que somos emerge espontáneamente. Cuando decimos “yo” generalmente no nos referimos a lo que somos, por un acto de reduccionismo, la profundidad infinita de lo que somos se confunde con el sonido emitido “yo” y el paso siguiente es la idea de lo que es mío para designar aquellas cosas que son parte del yo de alguna manera. Así sucede la identificación con los objetos, lo cual implica atribuir a las cosas o a los pensamientos que representan esas cosas, un sentido de Ser, derivando así una identidad a partir de ellas. Cuando se daña o me quitan “mi” juguete, me embarga un sufrimiento intenso, no porque el juguete tenga algún valor intrínseco sino por la idea de lo “mío”. El juguete se convirtió en parte del sentido del Ser, del yo del niño. A medida que el niño crece viene la identificación con el género, las pertenencias, la percepción del cuerpo, la nacionalidad, la raza, la religión, la profesión. El yo también se identifica con otras cosas como las funciones (madre, padre, esposo, esposa, etc) el conocimiento adquirido, las opiniones, los gustos, los disgustos y también con las cosas que me pasaron a “mi” en el pasado, el recuerdo de las cuales son pensamientos que contribuyen a definir aún mas mi sentido del ser como “yo y mi historia”. Bibliografía: “Una nueva tierra” de Eckhart Tolle. Grupo editorial norma.

En el hinduísmo, māyā es la ilusión, una imagen ilusoria o irreal. Etimología: el término proviene del sánscrito ma-aiá (‘no-es’). Según la doctrina advaita (no dual), la multiplicidad de este mundo fenoménico, y la diferencia entre las almas (atman) y Brahman (Dios) es sólo maya (irrealidad), la ilusión es ver sólo las formas de las cosas sin poder ver la esencia que es la misma esencia en todas ellas. La realidad, dice el hinduísmo, es que sólo hay Dios y el Universo es su reflejo. Según la doctrina sankhya, (la mas antigua de las seis dársanas o doctrinas clásicas del hinduísmo, junto con vedanta, yoga, purva mimamsa, nyaya y vaisesika) Māyā se identifica con prakriti (la materia) y con pradhana (fuente de la materia), y —también según la filosofía vedánta— es la fuente del universo visible.

En el marco de la mitología hindú, Māyā es la personificación de la energía ilusoria (ilusión material, en contraposición con el espíritu). Maya es ilusión o ignorancia, olvido de la existencia de Dios y de que todo es Dios. Ilusión es creer que lo concreto es la única realidad sólo porque es lo percibido por los sentidos. Es la causante de la noción de dualidad (yo y Dios fuera de mi ser) de la aparente diversificación en el proceso de creación, es el origen del universo material.

Difícil es determinar cuando ingresamos en ésta ilusión, "Maya", pero afirman los grandes maestros como Jesús el Cristo, Budha, Lao Tse, que podemos determinar su fín y es despertando de esa ilusión, cuando podemos ver la realidad tal como es, la misma esencia Divina en todas las cosas y en todos los Seres, Dios.

Dharma: Propósito en la Vida.


La finalidad en la vida: Utilizar el cuerpo para realizar el Svadharma. Tres grandes verdades son declaradas:

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1- Que el Espíritu es Inmortal e Indivisible.

2- Que el cuerpo es pasajero, efímero.

3-Que no podemos dejar a un lado nuestro Svadharma, el deber que debemos realizar y que es la naturaleza del Svadharma mismo. Los otros dos deben ser conocidos y realizados.

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El Svadharma llega a uno naturalmente, viene con nosotros y es la causa de nuestro nacimiento, venimos a realizarlo. Deshonrarlo es como cometer suicidio, sólo siguiéndolo podemos marchar hacia delante. La ilusión central por la que a veces no se logra llevar a cabo el Svadharma es la torpe identificación de sí mismo con el cuerpo y esto fija el límite de expansión, separándonos y creyendo que todo lo que está afuera es mi enemigo, sólo considero a los cuerpos como lo que tengo y lo que soy: (MA-AMA-AHAM), como consecuencia de ésta separación ilusoria se multiplican los bajos pensamientos y la salud espiritual se debilita, el Svadharma se debilita.

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El propósito de la vida:

concienciar el Ser que es trascendente al cuerpo: además de realizar el Svadharma, se requiere ser conscientes de dos principios:


1- No soy este cuerpo físico ya que es apenas una vestidura externa.

2- Soy ese Espíritu que no muere jamás.


De la combinación de éstas sabidurías se obtiene la verdad más perfecta y es esencial conocerla aún antes que al Svadharma.

Cuando el apego al cuerpo desaparece es cuando nos damos cuenta de que él es sólo un instrumento de servicio, por el contrario en la actualidad pensamos que el verdadero propósito de la vida es mimar al cuerpo.
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La esencia de la enseñanza es la siguiente:

El anheloso de liberación (Sadhaka) debe abandonar su errado camino de Adharma (aquel que no es nuestro Dharma) y Paradharma (el Dharma de los otros, de otro) y tomando la senda fácil y natural del Svadharma, no debería jamás abandonar su maternal seguridad.

El cuerpo perece cada momento. Entendiendo esto, utilicémoslo para bien del Svadharma. Dejemos que se halle constantemente consciente de que el Ser es indestructible, todopenetrante, permitámosle apartar de su corazón la noción de “lo mío” y “lo tuyo”.

El Ser humano que huella este Sendero conocerá algún día la bienaventurada felicidad de sentirse Existencia (Ser), Conciencia y Bienaventuranza.

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Como conquistar a ambos: renunciación del fruto.

Yoga: arte o proceso por medio del cual las grandes verdades pueden llevarse a la práctica en la vida diaria.

Cuando el Bhagavad Gita dice “No busques (anheles) el fruto” “Actúa pleno de energía e inteligencia” significa que la acción de quién trabaja sin apego al fruto debe ser superior, a la del apegado, porque no derrocha energía pensando en el fruto de la acción sino que toda la energía se hallará consagrada a la acción, la acción en sí es la recompensa y hay una alegría sattvica, pura en esa acción y aunque ésta acción tenga un fruto material, éste es completamente secundario. La concentración inegoísta del que trabaja en su tarea es una clase de Samadhi (Karma-Samadhi). La devoción es el Svadharma de los santos devotos. Quien se desapega del fruto respeta todas las opiniones, su actitud hacia la vida es comprensiva, perfecta y equilibrada, nunca renunciará a sus principios.

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Bibliografía: "Comentarios sobre el Bhagavad Gita". Autor: Vinoba; Ed. Hastinapura.