............... Víctor Bonventre

Mi foto
yoga.sadhana@yahoo.com.ar, cel. +54911 6889-8013 f:vittorio.bonventre / Instragram @vittorio.yoga

Yoga, sendero hacia la unión de cuerpo,mente y Alma.

HORARIOS y ARANCELES ACTUALIZADOS.

YOGA DINÁMICO "ASHTANGA":

Lunes y Miercoles 16:45hs / Miercoles 19:30hs y Sabados 11am

YOGA INTEGRAL: Martes y Viernes 19hs.

ARANCELES 2017

clase prueba y eventual $ 150 (si empezas dentro del mes se descuenta del arancel mensual)

Independientemente de que tomes una o dos clases por semana el arancel mensual es de $ 500,-

Consultar por sesiones de masajes y reiki.

Sadhana, regularidad en la práctica espiritual


El término sánscrito “Sadhana” significa “práctica espiritual”. Aquel que practica Sadhanas es llamado “Sadhaka”. Existen muchas clases de Sadhanas, sin embargo, todas ellas tienen un objetivo común: el ponernos en contacto con el Amor Divino. El yoga, la meditación, la lectura de Libros Sagrados, la práctica de Viveka (discernimiento espiritual), el canto de música devocional, el servicio, son, entre otras, distintas clases de Sadhanas.
La mera práctica de Sadhanas no es causa directa del encuentro con el Soberano Amor, sin embargo, - y he aquí, el sagrado secreto de la espiritualidad - si no realizamos dichas prácticas muy difícil será poseer un corazón lo suficientemente cristalino como para que pueda penetrar en nuestro interior la Luz.
El valor de la práctica espiritual reside en su poder purificador. Imaginemos un espejo que refleja la luz del Sol. Si lo mantenemos limpio reflejará fielmente la luz, pero si lo descuidamos se irá cubriendo poco a poco de polvo, hasta que no pueda hacerlo. Ahora bien, lo mismo sucede con nuestro corazón. Si lo mantenemos puro mediante la periódica realización de prácticas espirituales irá tornándose capaz de reflejar la Luz del Amor, pero si lo descuidamos se volverá más y más opaco, hasta que se oscurecerá por completo. Por ello es muy importante mantener la regularidad en nuestra Sadhana.
Además - de algún modo – la práctica espiritual lleva el fruto en sí misma. Cuando nos hallamos sentados en meditación - en mayor o menor medida – estamos comunicados con la Divinidad interior a través de nuestras oraciones, de nuestras reverencias y de nuestros actos. En ese momento de sacralidad el mundo temporal pasa a un segundo plano y cobra relevancia lo Eterno. Cuando anhelamos el acercamiento a lo Espiritual es porque en cierta medida el Amor nos llama desde dentro del Corazón. La intuición de ese Amor Divino es ya, en sí mismo un contacto con Él.
Por todas esas razones, la regularidad en la práctica espiritual es algo esencial en la vida del buscador espiritual. Manteniendo la regularidad, poco a poco iremos dejando de lado todo aquello que es mundano y secundario para conservar lo que es más esencial, nos desapegaremos de lo que se halla más unido al mundo y atesoraremos lo que está mas cerca del Plano Espiritual. Con el tiempo nos desapegaremos aún del “razonar” y “analizar” para acercarnos más a “amar” y “contemplar”.
Para que ello suceda, es necesario mantener la regularidad en la práctica espiritual. Esto podemos verlo con claridad en la vida de los árboles. Para que un árbol de nogal dé sus frutos, es necesario aguardar pacientemente alrededor de veinte años. Sólo entonces el árbol de nogal dará luz a sus hijas-nueces. Esa inteligencia Divina que hallamos en el árbol es la misma que se encuentra detrás de nuestras prácticas espirituales, guiándonos y conduciéndonos hacia la obtención del Fruto Divino.
Cuando hablamos de “regularidad en la práctica espiritual” no nos referimos a una disciplina que en algún momento se abandona o se cambia por otra, sino más bien a un estado interior que se mantiene invariable a lo largo de los años de nuestras vidas y que se manifiesta en la forma de una Sadhana diaria motivada por el Amor. ¿Todos los días comemos? Sí. ¿Todos los días dormimos? Sí. Entonces, todos lo días debemos realizar prácticas espirituales, (yoga, meditación, lectura de textos sagrados, obras inegoístas, etc.) Porque así como alimentamos y buscamos paz para el cuerpo, así también debemos alimentar y buscar paz para el Alma.

Ojala éstas palabras puedan ser útiles a aquellas almas que aman las prácticas espirituales.

“El bien sigue las huellas del Amor”. ¡Fe en Dios y Servicio a la Humanidad!